miércoles, 24 de abril de 2013

Prepara las preguntas difíciles de la entrevista

No nos engañemos: los procesos de selección son actualmente más exhaustivos. Los candidatos para una vacante son más y están mejor preparados. La entrevista no es sólo un repaso curricular y por eso prepararse para salir airoso de las preguntas más embarazosas es fundamental.

En una entrevista de trabajo “se analizan los comportamientos, las habilidades y, sobre todo, se trata de averiguar cómo actuará el profesional en el día a día”, puntualiza Jordi Vidal, team manager de Randstad Professionals. La mayor complejidad de los procesos se refleja, según Antonio López, director regional de Adecco, en un aumento de las entrevistas por competencias, las dinámicas de grupo y las pruebas y situaciones complejas.
Ante este escenario, prepararse para las preguntas más complicadas, aquellas que nos sacan de nuestra zona de confort, es esencial. Según los expertos, estas son algunas de ellas:
_¿Qué me puedes decir sobre ti? Es una de las más típicas y recurrentes, pero no por ello fácil. Muchos candidatos se quedan bloqueados ante ella. Al pedirte que hables sobre ti, el entrevistador quiere oírte hablar y nunca queda claro si quiere una charla general o un resumen de tu vida laboral. La apuesta más segura es limitar tu respuesta a tus cualidades y éxitos profesionales. Deberías ser breve e incluir experiencias vinculadas a los requisitos del puesto.
_¿Qué éxitos y fracasos profesionales consideras más relevantes en tu trayectoria? Además de querer saber si eres un profesional exitoso, el responsable de selección querrá saber si has aprendido de tus tropiezos. No alardees demasiado de los buenos resultados y céntrate en describir cómo los asumiste, cómo analizaste los fracasos y qué lección sacaste de ellos.
_¿Cuáles son tus fortalezas y debilidades? El entrevistador busca honestidad en tu respuesta. A través de tu contestación verá qué cualidades o comportamientos diferentes puedes aportar a la firma y si encajas en los valores de la compañía. Huye de los estereotipos de manual de gestión. Describe tus puntos fuertes y en lo que estás más flojo, explica cómo tratas de paliarlo y mejorarlo.
_¿Qué decisiones son difíciles de tomar en tu posición? El responsable de selección espera ver tu lado humano, pero también si tienes capacidad de decisión aunque no dispongas de toda la información necesaria. Trata de que tu respuesta demuestre que eres resolutivo a la hora de actuar y que no eludes tu responsabilidad, tanto si sale bien como si sale mal.
_¿Cómo actúas cuando hay una confrontación en el trabajo? Se analiza si tienes capacidad para escuchar, admitir el error, no tomar como personales situaciones profesionales o si sabes influir en tus compañeros. Para salir airoso debes demostrar que eres capaz de mantener la calma, que sabes aceptar distintas opiniones y que, si se da el caso, no tienes ningún problema en reconocer que te has equivocado.
_¿Y si estás en desacuerdo con tu jefe? Esta pregunta busca conocer el grado de conflictividad. El tacto y la diplomacia son las herramientas más recomendables. Demuestra que eres dialogante, respetuoso y nunca vayas de autoritario ni dando una imagen de sabelotodo.
_¿Tiene alguna pregunta? La respuesta a esta cuestión debería ser siempre “sí”. De lo contrario tu interlocutor pensará que no tienes interés por el puesto y la compañía. Antes de la entrevista piensa al menos diez cosas que te gustaría saber. Algunas se abordarán durante la conversación, pero siempre te quedarán dos o tres de reserva. Es el momento de plantear quién será tu jefe, cómo se organizan los equipos o detalles del trabajo diario. Y, por supuesto, nunca preguntes sobre el salario o los días de vacaciones.
Recomendaciones
El candidato que se enfrenta a la búsqueda de un puesto de trabajo tiene que tener en cuenta que la llave de acceso a una entrevista es el currículo. Por tanto, éste debe construirse de forma personalizada para cada proceso en el que se participa. “No se trata de engordar el currículo, sino de sacarle punta a la fortaleza del mismo. Hay que ser conscientes de que nuestra vida laboral debe enganchar al entrevistador como para hacerle indagar sobre la misma en una entrevista”, indica el director regional de Adecco.
Vidal también nos recuerda que “la primera conversación telefónica ya es un primer filtro o entrevista. El aspirante a un empleo debe tener claro a qué empresas solicitó un puesto y, por supuesto, prestar atención a su tono de voz, al estilo de comunicación, ser flexible y honesto en las respuestas a las cuestiones que le plantean”.
La sinceridad es fundamental, las referencias curriculares se comprueban, a menudo de forma previa a la entrevista. Y una mentira, puede que no te descarte directamente de un proceso de selección, pero dejará una marca nada deseable sobre tu honestidad y profesionalidad.
Fuente: Expansión

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