miércoles, 24 de octubre de 2012

El entorno nunca es una excusa para ser emprendedor

Ocho presidentes en la historia de EEUU han sido emprendedores. En España, ninguno. No tenemos buen caldo de cultivo ni cultura de iniciativa, pero eso no puede parar las ideas ni su puesta en marcha.

Si Mitt Romney gana las elecciones estadounidenses que se celebrarán dentro de dos martes, se convertirá en el noveno presidente emprendedor de Estados Unidos, siempre que eliminemos de la lista al agrimensor George Washington con sus plantaciones de Virginia y aceptemos "George Bush" como "animal de emprendimiento".
Romney ha hecho de la capacidad para desarrollar negocios el leit motiv de su campaña electoral, demostrando que los emprendedores son un motor de crecimiento económico. Aquí en España, los creadores de empresas también han sido citados como la gran esperanza de la recuperación económica, con la promesa añadida de una Ley de Emprendedores que aún no ha llegado.
Sin embargo, la historia de nuestro país no presenta ni un solo presidente emprendedor y sí un sistema con una clase gobernante que, en buena parte, debe su cargo sobre todo al cultivo de relaciones personales y políticas.
Frente a otros escenarios con mucha más iniciativa empresarial, España es el país europeo con mayor número de políticos con cargos públicos por habitante de Europa. Se trata de un país con un grave déficit de instrucción acerca del hecho de que es bueno crear empresas. Brilla por su ausencia la cultura para montar una compañía, y tampoco sobran los modelos a los que la gente se quiera parecer.
La inexistencia de un caldo de cultivo desde la propia escuela nos ha llevado a estadísticas sorprendentes que han dado a España la imagen de "país de funcionarios" –en 2010, se cifraba en un 70% el porcentaje de quienes ansiaban esta seguridad laboral–, aunque la crisis económica, los cambios en el mercado laboral y la evidencia de que el trabajo para siempre se acabó han hecho crecer el porcentaje de aquellos que desean crear su propio negocio como solución al paro y a la incertidumbre laboral. Según los últimos datos del Global Entrepreneurship Monitor, la tasa de emprendedores potenciales subió por segundo año consecutivo en España y alcanzó el 9,37% en 2011.
Si la clase política no ayuda demasiado, tampoco lo hacen las principales condiciones del entorno que afectan al proceso emprendedor. Empezando por la educación y la ausencia de planes de fomento de la creación de empresas en las escuelas, y siguiendo por el acceso a la financiación: hay poco capital inteligente, que no valora ni cree que el emprendimiento sea una forma de rentabilizar su dinero.
En general, los emprendedores españoles abogan por reducir al máximo la burocracia y el papeleo en las primeras fases de cualquier negocio; o la falta de agilidad administrativa –las ayudas tardan en llegar y se crean falsas expectativas–. En muchos casos resulta complicado desarrollar un plan de negocio, porque es ficticio. Y lo lógico sería centrarse en la propia empresa y no en comprobar si tu compañía está registrada.
A pesar de las dificultades, los emprendedores superan un entorno hostil y buscan socios y colaboradores que piensan de forma distinta y que revolucionan la organización; identifican las áreas en las que son más débiles y contratan a gente apasionada, experta en las cuestiones que desconocen; captan empleados rupturistas para gestionar el cambio; recompensan siempre la experimentación; comparten su visión del negocio; y cambian su forma de ver el mundo, olvidando las visiones estereotipadas.
Presidentes con mucha iniciativa
Ocho de los 44 presidentes estadounidenses han sido emprendedores: Abraham Lincoln inventó un dispositivo para levantar barcos fluviales sobre los bancos de arena y fue dueño de un gran almacén. Con 19 años, Harding creó el periódico ‘The Marion Star’. Hoover lanzó su propia compañía minera y Roosevelt, víctima de la polio, fundó el Roosevelt Warm Springs Institute for Rehabilitation. Truman creó una tienda de ropa para caballeros en Kansas, mientras que Jimmy Carter fue conocido por el negocio del cacahuete cultivado en su granja de Plains. George Bush se unió en Yale a su compañero John Overby para crear la firma Bush-Overby Oil Development Co. Su hijo George prefirió el negocio del béisbol: compró los Texas Rangers por 600.000 dólares y los vendió por 15 millones.
Crea tu sueño
  • Puedes llegar a ser lo que pretendas ser. La actitud influye en el comportamiento, pero el comportamiento también influye en la actitud.
  • Si no lo intentas, nunca tendrás éxito. Habla con clientes e inversores. El resultado de tus experimentos será el mejor indicador sobre el éxito de tu producto o servicio.
  • Puedes ver oportunidades donde otros sólo advierten problemas. Mantén el gusto por lo desconocido, por hacer las cosas de manera diferente.
  • Sigue tu instinto. Tus socios y colaboradores deben seguirte por tu credibilidad. Y en ocasiones puede resultar difícil convencerles de que hay que seguir una idea basándose en un presentimiento.
  • No temas a lo que piensen los demás; no le tengas miedo al fracaso ni a la posibilidad de explorar las nuevas oportunidades.

Fuente: Expansión

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