domingo, 28 de octubre de 2012

Diez consejos para acertar con el máster

Miles de profesionales y recién titulados universitarios terminan de decidir estos días en qué programa de posgrado se inscriben para mejorar su formación, acceder a un empleo o dar un salto en su carrera profesional. Para elegir hay que buscar y comparar información.

Hacer un máster implica una importante inversión económica, un sacrificio personal –especialmente si se compagina con una actividad profesional– y una intensa dedicación de tiempo. Elegir el programa que mejor responda a nuestros objetivos es una decisión que hay que tomar meditadamente, teniendo en cuenta una serie de factores para aprovechar al máximo la experiencia.
Los candidatos deben recoger información y referencias sobre las escuelas de negocios en las que piensan matricularse. Éstos son los diez principales factores que hay que analizar a la hora de elegir:
1 Proceso de admisión. Cuanto más exigente, mejor, porque aumentará la calidad de los compañeros de clase. Además de acreditar la titulación universitaria, la experiencia profesional o el conocimiento de idiomas, suele incluir una entrevista y a veces una prueba escrita.
El profesorado, la conexión con el mundo empresarial y la especialización son factores decisivos
2 Horarios. Hay cursos a tiempo completo o full time que exigen plena dedicación. Los executive tienen horarios part time que se pueden compaginar con la actividad laboral. Eso también afectará en parte al tipo de compañeros de clase.
3 MBA o especialización. El programa generalista es el MBA, que da una visión transversal de todas las áreas de la empresa desde la óptica de la dirección general. Especialmente indicado para titulados de otras disciplinas que quieren asumir posiciones de gestión. Los másteres especializados son recomendables para jóvenes que quieren encauzarse hacia un sector, o profesionales que tienen que reorientar su trayectoria. Muchos expertos señalan la necesidad de especialización, aunque el MBA sigue siendo el posgrado más emblemático.
4 Presencial o ‘e-learning’. Hay másteres presenciales y cada vez más online. En principio, el aprendizaje en el aula es más rico y aporta una mejor red de contactos. Puede ser más aconsejable si lo que se busca es una inmersión total.
Los programas vía Internet son recomendables para quienes no pueden asistir a las clases por falta de tiempo o por motivos geográficos, o para quien sólo quiere adquirir unos determinados conocimientos concretos sobre alguna materia.
5 España o internacional. Los programas españoles compiten en calidad con los foráneos. No obstante, adquirir una experiencia internacional es un valor en alza. Hay centros nacionales que facilitan intercambios con otros países, estancias académicas o incluso prácticas en empresas en el exterior como parte del programa formativo.
6 Plan de estudios. Hay que tener en cuenta la metodología del máster, que debe tener un enfoque práctico; y el programa académico, que la escuela debe aportar de forma detallada, explicando los bloques temáticos o áreas en los que se estructura y las asignaturas.
7 Reconocimiento empresarial. Una de las cuestiones más importantes a la hora de valorar un máster es su reconocimiento en el mundo empresarial, que es lo que abrirá más oportunidades profesionales. Una fuente de información son los responsables de selección y formación de las empresas y los cazatalentos. También se puede preguntar por los acuerdos que el centro tenga con compañías, instituciones, asociaciones, etcétera.
Otra pista sobre el reconocimiento del centro son las acreditaciones otorgadas por organismos que certifican la calidad. Las más conocidas internacionalmente en materia de MBA son Equis, concedida por la European Foundation for Management Development (EFMD); AMBA, la británica Association of MBAs; y AACSB, la certificación de la estadounidense Association to Advance Collegiate School of Business. Existen también en el campo de las finanzas y, más recientemente, están surgiendo las de márketing.
Los estudiantes que se graduaron en los años anteriores también tienen una visión de primera mano y pueden transmitirnos cuál ha sido su experiencia reciente. Las redes sociales facilitan entrar en contacto con antiguos alumnos y empleadores, aunque siempre hay que saber interpretar estas opiniones.
8 Profesorado. Existen profesores full time que enseñan, investigan, publican y, en muchos casos, hacen consultoría; part time, que compaginan la docencia con otra actividad; los colaboradores, expertos en un tema invitados a impartir algunas sesiones o una asignatura; y visitantes, normalmente extranjeros, que aportan una visión internacional.
Hay que conocer la composición del claustro de profesores y buscar datos sobre su formación y trayectoria profesional. Incluso, se puede entrar en contacto con alguno de ellos para obtener una impresión de primera mano sobre el programa. Es relativamente sencillo a través de LinkedIn, Facebook o Twitter.
9 Bolsa de empleo. Uno de los factores más importantes a tener en cuenta a la hora de seleccionar una escuela de negocios es el funcionamiento de su bolsa de trabajo y los índices de colocación de sus antiguos alumnos.
A través de este servicio, las empresas hacen llegar ofertas de trabajo a estudiantes y antiguos alumnos. Una opción es contactar con profesionales que pasaron por el centro o profesores que impartirán las clases para comprobar la inserción laboral.
Las escuelas suelen tener asociaciones de antiguos alumnos que organizan actividades para facilitar el networking. En ocasiones también prestan servicios como formación continua gratuita o con descuentos, o seguir accediendo a la bolsa de empleo una vez concluido el máster, entre otras ventajas.
10 Instalaciones y servicios. Si es posible, siempre es conveniente visitar la escuela de negocios en persona para conocer de primera mano el campus o sede en el que se va a desarrollar el programa y a sus responsables.
Fuente: Expansión

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