martes, 15 de mayo de 2012

Echemos a suerte si llamamos o no al candidato descartado


Supongamos que una empresa de selección o 'headhunting' realiza una búsqueda de un profesional bajo mandato de una compañía que denominaremos cliente. Una vez comenzada la búsqueda, se empieza a ver en qué sectores y qué perfil se requiere. Se mira la base de datos, y al cabo de unos días se comienza a llamar a los aspirantes para la posición que se pretende cubrir.
Comienzan los contactos con diversas personas con perfiles parecidos o diferentes, dependiendo de la búsqueda que estemos realizando, y se empiezan a realizar “promesas” por parte de la empresa de selección, que generan expectativas a los candidatos y, que incluso, hace que los aspirantes busquen personas que se ajusten mejor al perfil con tal de volver a ser llamados en el futuro.
Hasta este momento todo bien. Cada uno desempeña un rol determinado, pero el asunto empieza a complicarse cuando los candidatos reciben, por ejemplo, la contestación final en la llamada de parte del consultor diciendo: "No te preocupes que mañana te llamo. Me ha gustado mucho tu perfil”. Éste es el momento de la verdad, donde la consultora y el cliente que le ha contratado se juegan su reputación.
Desafortunadamente lo que suele ocurrir es que el aspirante espera y espera sin recibir respuesta. En cambio, si es el perfil requerido, sí que recibirá una llamada simpática, cercana y cariñosa. ¿Qué está sucediendo en este país? Me consta que en otros estados no suele suceder. Lo que ocurre es que si un candidato no interesa o no cuadra con el perfil, se sortea si se le llama o no. Casi siempre sale que no.
En esta situación, la empresa no se da cuenta que ese candidato puede traer más aspirantes o convertirse en un posible cliente. Cuando se dice “te llamaré la próxima semana, el lunes a las nueve de la mañana", el candidato espera esa llamada que puede cambiarle la vida profesional.
Recomiendo que si no se recibe esa llamada, el candidato contacte con la empresa y pregunte si ha pasado algo. Es importante transmitir compromiso de forma profesional y respetuosa.
Fuente: Expansión

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