lunes, 14 de mayo de 2012

Descubre tu pasión y utilízala para crear una nueva empresa


Todos somos superdotados en algo, o hacemos determinadas cosas mejor que el resto. La felicidad que nos reporta convertir lo que amamos en un negocio con el que podemos ganarnos la vida –o ser millonarios– hace que eso que sabemos hacer y nos gusta fluya naturalmente. Somos capaces de trasladar ese pensamiento positivo a una nueva compañía y contagiar a nuestros socios, empleados y clientes.
El sueño de cualquier profesional es trabajar en aquello que le gusta. Si además le pagan por ello –y le retribuyen bien–, la combinación resulta perfecta.
Marcia Wieder, antigua presidenta de la Asociación Nacional de Mujeres Emprendedoras de Estados Unidos, es probablemente una de las mayores defensoras de esta idea de paraíso profesional. No en vano, se ha convertido en CEO de la Dream University, una institución que persigue un objetivo muy acorde con la idea de transformar nuestra pasión en una compañía rentable: esta universidad de los sueños pretende hacer realidad el hecho de conciliar la pasión y la estrategia empresarial para conseguir el éxito en los negocios. La intención de Wieder es ofrecer a la gente las herramientas y el apoyo necesario para conseguir que un millón de sueños empresariales se hagan realidad en 2013 a través de la Million Dreams Campaign.
Wieder explica que “todo esto trata de compartir una visión, de manera que ésta pueda inspirar a otros –socios o empleados– a seguirte o a invertir en tu proyecto”. Parece que es posible convertir nuestra afición en un negocio con el que podamos ganarnos la vida, o incluso convertirnos en millonarios. Todos hacemos algo mejor que el resto, y eso que sabemos hacer mejor fluye de manera natural. La pasión es un factor favorable que genera compromiso, pero estos proyectos tienen además un aspecto empresarial que resulta básico. Si esa pasión coincide con una necesidad clara, puede ser muy valiosa. Debe existir siempre un cierto grado de entusiasmo, que se crea en el proyecto. Al final, cualquier emprendedor lo tiene, porque el creador de una empresa es una persona optimista, pero no debe alejarse nunca de la realidad de las cosas.
Siempre se hace necesario llevar a la práctica económica las ideas, y que éstas sean rentables; que se vean las ventajas competitivas y se haya estudiado el mercado.
El creador de empresas es optimista, pero no debe alejarse de la realidad
La sola pasión no convierte a nadie en magnate y conviene tener un plan de negocio que detalle cada aspecto de todo lo que pretendemos conseguir. Conviene asimismo calcular los objetivos a uno, dos y cinco años vista, estimando los costes y la forma de financiar el supuesto negocio; y hay que buscar consejo, y no está de más formarse acerca de determinadas cuestiones que implica la creación de un nuevo negocio (impuestos, aspectos legales y fiscales, etcétera).
Hay que tener en cuenta que el proyecto en el que se fija el inversor ha de implicar un gran potencial de crecimiento; debe estar en condiciones de competir en un mercado grande, y en tres o cinco años debería multiplicarse por diez.
Además, para confiar en un emprendedor está bien que la idea sea original y clara, y que el inversor pueda entender bien cuál es el negocio.
  • Elige lo que de verdad te gusta hacer y desarrolla un proyecto en torno a aquellas cosas sobre las que no puedes dejar de hablar todo el día. Si te apasiona lo que haces, los demás se sentirán atraídos por ti.
  • No te quedes solo con tu pasión. Busca feedbak. El entusiasmo es un buen punto de partida, pero no es suficiente para que tu negocio sea sostenible en el largo plazo. Antes de poner en marcha tu idea debes estar seguro de que cuentas con todos los ingredientes para el éxito.
  • Tienes que ser muy bueno en el negocio en el que te metes. No cometas el error de empezar un proyecto o crear una empresa sólo para descubrir que eso no te gusta o que no eres apto para lo más básico de esa actividad.
  • Puedes escoger el camino del emprendedor usuario: son aquellos individuos que crean productos o servicios innovadores porque en principio los necesitan para su uso.
  • Comparte tu pasión. Hay gente ahí fuera que coincide en tus intereses y de la que puedes aprender. Repartir el conocimiento puede resultar muy válido para el futuro de tu negocio.
  • Puedes hacer una lista de gente que ya ha llegado donde tu quieres llegar. Analiza lo que han hecho otros emprendedores que han tenido éxito en el área en la que tú estás. Recuerda que no se trata de reinventar la rueda. Fórmate y aprende de los demás. Ten en cuenta las enseñanzas y ejemplos de otros expertos en tu campo. No te aísles. Necesitas conexiones y relacionarte, en persona o en línea. Esto es vital para tu negocio. La gente necesita creer que tú aportas más valor que lo que ellos pagan. Para eso debes conocer lo que el público quiere. Habla con la gente y con tus clientes. Trata de detectar cuáles son sus necesidades.
  • Busca socios y colaboradores que se apasionen con los objetivos que tiene la compañía. Es interesante contar con profesionales que tengan experiencia laboral anterior que sea relevante para lo que estás haciendo. Como fundador de la empresa debes tener muy claro cuáles son las necesidades de tu proyecto en términos de competencias. Elabora un mapa de éstas con una visión y objetivos claros. Eso te dará una idea de la gente que necesitas. Conoce tus limitaciones y apóyate en tus colaboradores. Hay que escuchar efectivamente antes que activamente: debes hacer con aquello que te digan.
  • Tienes la obligación de mantener viva la ilusión. Una vez que tu proyecto está en marcha no puedes dejar que la pasión se diluya en las tareas rutinarias ni en el día a día. Debes seguir involucrado en todos aquellos aspectos de tu actividad y del sector que te apasionan. Y necesitas mantener a tu gente involucrada en todo ello. Pasado un tiempo, identifica los cuellos de botella que impiden a tus colaboradores desempeñar su trabajo sacando lo mejor de ellos mismos y desarrollar todo su potencial y habilidades.
Un test para medir la emoción
ü  Descubre a través de tus ‘hobbies’ cuál es tu verdadera pasión. Analiza qué es lo que quieres hacer realmente. Quizá es algo a lo que te dedicas cada día. Haz una lista de las cosas que te gustan para descubrir esa pasión que puede impulsar la creación de tu negocio.
ü  ¿Hay gente que te dice que eres bueno en algo? Éste es un buen indicador. En muchas ocasiones, las opiniones externas pueden resultar más realistas a la hora de calibrar si podemos dedicarnos a lo que tanto nos gusta. Es un termómetro para explorar tu pasión y detectar si puede ser rentable.
ü  Descubre aquello que prefieres estudiar o investigar. Éste es otro indicador para hallar lo que realmente te apasiona. ¿Sobre qué eres capaz de hablar durante horas sin aburrirte y sin aburrir a los demás?
ü  ¿Sabes realmente cuáles son tus talentos naturales?
ü  ¿Con qué tipo de gente te relacionas? La amistad se construye sobre la base de intereses más o menos comunes. Es difícil que establezcas una relación con alguien que no comparte en absoluto esos campos de interés. Piensa acerca de las personas que te rodean y en cuáles son sus pasiones. Eso te dará pistas para identificar la tuya.
ü  ¿Cómo influye tu pasión en la creación de un negocio rentable? La sola pasión no vale. Debes preocuparte de rentabilizarla.
Métete en un negocio que te guste; involúcrate en una actividad que, como emprendedor, seas capaz de gestionar e impulsar.
ü  Deja de soñar y actúa. Quienes sólo sueñan no son emprendedores. Los emprendedores son aquellos que hacen realidad sus sueños.
ü  Piensa en lo que necesitas para convertir tus sueños en algo real. Debes diseñar el camino que necesitas recorrer para hacerlos realidad. ¿Eres capaz de diseñar ese camino? ¿Puedes describirlo? ¿Puedes mostrarlo a los demás?
ü  Debes conocer cuáles son tus sueños. Si no estás cien por cien seguro de ellos, nunca los alcanzarás.
Fuente: Expansión

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