lunes, 7 de mayo de 2012

Cinco claves para detectar a un empleado desmotivado


A veces, se mezclan entre la multitud. Parece que son los mismos de antes, pero no. Algo ha cambiado en ellos. Son los empleados desmotivados. Aquellos que no se han sentido valorados, ni reconocidos lo suficiente. Continúan con su labor, obviamente, pero ya no es lo mismo.
Este tipo de trabajadores en los que la motivación cae por momentos, pueden causar un gran problema a la larga, comenzando porque, cuando vengan tiempos mejores, abandonarán la empresa y esta perderá a sus mejores empleados.
Aflora, consultora especializada en ofrecer servicios de coaching, desarrollo y transición profesional, destaca cuáles serían las cinco claves que “descubren” al empleado desmotivado.
·         Dice a todo que sí, no plantea dudas ni inquietudes. Acata las órdenes sin proponer nuevas vías de realizar las tareas, sin destacar nuevos modos que harían que el trabajo se hiciera de forma más eficiente. No se implica, por tanto. Trabaja, si, pero sin la implicación directa que hacía de él antes un trabajador ‘excelente’. Ahora, simplemente, es un buen trabajador.
·         No se motiva ante los nuevos proyectos, los lleva a cabo sin más. En el empleado desmotivado se realiza un cambio en el lenguaje. Hace algo sin más, es decir, porque “tiene” que hacerlo, no porque “quiera” hacerlo. Es lo que sería la diferencia entre la obediencia y el compromiso.
·         Su productividad baja levemente, casi sin notarse. Se mueven, pero no avanzan. Parecen haber olvidado que, tiempo atrás, eran el motor del departamento o de la empresa. Sienten que su comportamiento es coherente con sus pensamientos, por tanto siguen actuando de la misma manera, es decir, estando, pero no dando el máximo de sí mismos.
·         Crean un ambiente negativo a su alrededor. Critican, plantean problemas, pero nunca soluciones. El trabajador en situación de merma de motivación solo generará inconvenientes, trabas, etc., pero no tendrá la suficiente iniciativa para plantear remedios que provoquen la resolución de la situación.
·         Siempre presente, pero ausente emocionalmente. El absentismo no es un problema con este tipo de empleados. Nunca faltan. Sin embargo, sí que “falta” su compromiso con la empresa. Están, pero sin estar emocionalmente. Es lo que se ha venido a llamar el absentismo emocional.
Fuente: RRHH Press

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